No sé a qué edad la gente debería de morir, pero es igual la gente muere, tenemos que morir. De todos modos no vivimos como que si fuéramos a morir, eso lo olvidamos y vemos la muerte de otros tan ajena, como algo que llegará algún día, muy lejano quizás. ¿Cuánto es suficiente vivir? cuarenta, cincuenta, cien, dos minutos quizás y vida fue algo que "pudo ser"así sea para quien vivió cinco minutos o para el que llegó a cien, ¿Cuánto es suficiente? Así es la vida, alguien vive más que otro, alguien vive por otro, otra persona no se explica por qué vive, toma café en las mañanas, se va al trabajo y sigue la rutina todos los días. Ésa es la vida, no saber qué hacer con ella o estar planeando cosas para que algún día terminen, o solo se quedan en eso, sueños y planes.
Otra gente sigue viva porque se alimenta y aún tiene energías para respirar, aunque no pidieron vivir, (nadie pide vivir) siguen viviendo, no saben para qué y no tampoco lo preguntan, sólo viven, si es que viven, si es sólo nacer es el inicio de vivir. Solo viven, porque hay que vivir para no pensar en la muerte.
Hay gente que no debería morir nunca. Los viste vivir, compartiste cosas con ellos, de repente ya no están. Ya no están para hablar de cualquier cosa, de comentar la película o algún libro, o preguntarles sobre cosas del pasado, o cosas que nos tomará algún tiempo responderlas por sí mismos. Se van y uno queda lleno de más preguntas, entonces uno solo trata de acostumbrarse a la idea que ya no estarán más, de alguna manera se hace.
Pensamos en la muerte, y se nos viene a la mente la vida, lo que vivimos. ¿Por qué la vida no nos alc¿Por qué la memoria no nos alcanza para recordar la primera vez que lloramos? Sólo recordamos cosas vagas que en algún punto exageramos o pueden llegar a convertirse en mentira, la línea es delgada; como cada amor que se tuvo los pequeños y los grandes. Eso nos queda, sentirse impotente contra algo que es inevitable. Eso queda, además de los objetos que adornan lo que fue la (ya sin posesivos) sala, aunque puede ser la sala de otro, inmóviles como esperando que algún día aparezca el ausente para hacer juego con la mesa y los libros que nunca cambiaron de puesto.
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El post lo escribí el año pasado, en unos días de insomnio al ver que ya no lo corregiré, mejor lo publico.
lunes, 29 de abril de 2013
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