Siempre pensé que mi abuela era de 1917, luego con los años solo le festejábamos su cumpleaños ya sin importar la edad que cumplía, no fue hasta el 2018 en que la familia cayó en cuenta que cumpliría 100 años y había que hacerle una fiesta como un siglo de existencia lo merece. Aún así, hubo cierto debate, un poco aclarado por la partida de nacimiento, pero en aquellos años las partidas no se sacaban de inmediato lo cual queda para las pláticas en las reuniones de familia.
106, 105, en fin más de un siglo, y posiblemente una de las mujeres más longevas de todo el país, aunque hay poco registro de eso pero tampoco tengo muchas dudas de eso. Los números son eso, datos, y pienso que eso no es tan relevante como ser buena persona, su simpatía y el legado de compasión que la caracterizó a lo largo de las décadas viviendo en su querido San Julián.
En el pueblo la gente la conocía como "Mamá Oli" o "Doña Olivia", y sí que fue bastante conocida en su localidad ya que era invitada frecuentemente a actividades de la alcaldía donde era obligatorio que al final del evento diera su discurso, lo mismo pasaba en las celebraciones de la familia como bodas. Pero su fama no se debió a su longevidad, ni por ser declarada Hija Meritísima de San Julián, ni por salir en los medios, tampoco por su poesía que escribió hasta que sus ojos permitieron, fue conocida por su calidez humana y su compasión por el sufrimiento de las personas vulnerables no importando quiénes sean.
San Julián y mi abuela eran uno sólo, aunque su ausencia en su puesto en el mercado en los últimos años fue notoria ella siempre fue el referente de una ciudad que la quiso y la adoptó a su manera, y que compartieron tanto a lo largo de cerca de 80 años desde que ella se mudó de Izalco a San Julián. Desde su involucramiento en eventos culturales, la donación de instrumentos musicales para la banda municipal, y la organización de las Pastorelas en diciembre con los niños.
En fin, se puede escribir un libro sobre ella, pero ella nos ha dejado lo más importante que fue el amor incondicional a su familia, su compasión y ejemplo de solidaridad.