viernes, 24 de septiembre de 2010

La decepción y vergüenza del stand de El Salvador en la Feria Mundial de Shanghai.

Mientras algunos salvadoreños se indignaban por la pésima
actuación de la representante salvadoreña en el programa de La Academia Bicentenario, a miles de kilómetros se desarrollaba la Feria Mundial donde, como sabemos es una exposición donde los países dan a conocer sus avances en materia económica, cada país presenta una imagen para captar inversión extrajera o venden una imagen turística y así sea reconocido el país como marca. Sin embargo, al parecer al gobierno salvadoreño ni siquiera le interesa presentar una imagen de país, que cuando la relación violencia-maras- El Salvador siga estando en la mente de alguien que tenga la noción (al menos) de dónde queda un pequeño país en el centro de América.

En el stand salvadoreño si es que lo fue para un evento tan grande, además de estar abandonado y literalmente lleno de basura, la mayoría de chinos al parecer no son esencialmente limpios; estaban comerciantes chinos ofreciendo "artesanías salvadoreñas" por supuesto hechas en China o mejor dicho productos chinos haciéndose pasar por salvadoreños. Ahora imagínese encontrarse ése stand a miles de kilómetros de El Salvador y ver que ni siquiera a las instituciones les interesa crear una imagen o tan siquiera cambiar la percepción que El Salvador no sólo es violencia. Triste. Quizás una posible lectura del mensaje es que el cambio de la imagen y un cambio en sí, puede venir de cada individuo esforzándose y hacer las cosas de mejor manera, y no (confiar) dejar que quienes nos representan lo hagan de esta manera.
El stand de El Salvador con su flamante volcán.

Voilà! Lo que había dentro del flamante volcán, una nevería china, pero no los helados seguro no los tienen al dos por uno.

Lindas chicas ¿salvadoreñas? a juzgar por el flamante volcán más parecido al Chaparrastique que al del Izalco, ¡Pero qué va! al fin y al cabo eso no es salvadoreño.
Sombreros, la calidad de la fuerza artesanal salvadoreña china.

La imágen del país según el ministerio de Turismo (quien asumo que estuvo encargado de al menos poner el rótulo de El Salvador) es un volcán con basura.
Esa chinita me recuerda a alguien. ji ji ji Nótese las piedras de río.
Un chino con camisa de El Salvador "Impresionante". Buen slogan ¿no?Más artesanías chinas.

Un banner, basura, sombreros de viejita pispireta y "sacos de café".

El stand de la hermana República de Guatemala, sí era exposición.

Pd. Y no, no fui a China, las fotos son gracias a Vanessa, una salvadoreña en China.
-Y un saludo a la Luciférnaga que se fue a "lo que es" la Francia, ella sí pone en alto el nombre del país, jo jo jo.

domingo, 5 de septiembre de 2010

¿Qué hago con mi llave?

Guardarla de recuerdo puede ser una buena idea, además si he guardado notas, dibujos y cuadernos del colegio lo cual dice que demasiado guardo cosas del pasado, y los recuerdos. Ya no me servirá de mucho tenerla y haberla perdido y recuperado después de tanto tiempo. Si esa llave ya no será de mi casa, la casa donde crecí y jugué y uno cree que es para siempre, quizás al fin y al cabo quedarse en una sola casa tanto tiempo puede ser una mala costumbre, una parte de uno quedará en el pasado y ese espacio ya no le pertenecerá a uno.

Ya no servirá de nada tenerla, posiblemente tendrá más seguridad, otra chapa y alambre de razor (cosas que nunca tuvo la casa en todo este tiempo). Posiblemente cuando regrese de nuevo la casa tendrá un color que no me guste, una planta en la cochera que sí sea regada frecuentemente y no como la planta de la Suerte que terminó en el patio. No sé, pero será raro mirar mi casa que ya no es mi casa, ya no tener que ir a la parada a esperar la 1, ya no decirle ¡Buenas! a un vecino o al extraño del chalet que no sé por qué me saluda. Ya no ir a la tienda y que la señora que atiende ya sepa mi número y la compañía, ni se diga los deja-vús en el bus con la misma gente, a la misma hora, con la misma música y el mismo chofer; me hacía pensar que esta colonia era (antes más) casi un pueblo, con gente que ya más o menos se conocía, se veía en la tienda o en la iglesia, hoy ya no sé quién vive a cuatro casas de la mía.

El ciclo se cerró, seguro será bueno un cambio de aire, cambiar de lugar la rutina de siempre y tener otro paisaje en la ventana cuando llueve, aunque nunca me ha aburrido el que tengo (tuve) sobre todo en invierno.
Pero tendré otra llave dentro de poco, ahora sólo debo buscar un llavero bonito.