lunes, 22 de junio de 2015

No hacer nada

Hace algunos viernes, en el taller literario (que aún no tiene nombre oficial)  compartí un texto de Ernest Hemingway, Los Asesinos, un cuento que trata de dos sicarios que se toman un restaurante en lo que esperan a un comensal que nunca llega, los sicarios se van del restaurante pero los empleados quedaron en avisarle a Oleg Andreson, un viejo boxeador que posiblemente por deudas sea buscado.

Es un texto, definitivamente violento pero no explícito, en ningún momento se menciona que los sicarios están armados, pero se sobreentiende cuando los empleados son llevados a la cocina, a excepción de Nick. Lo interesante es la creación de la tensión y de los personajes a través de los diálogos sencillos.

El texto me recuerda, claro, en distinto ambiente, al comienzo de  El Extranjero de Camus, aunque sean maneras distintas de narrar pero sí, la sensación de no hacer nada es casi la misma. Meursault , peros son maneras que de no hacer nada, ante algo que está por suceder o ya sucedió, la reacción de Meursault es más impactante por tratarse de su madre y el posterior asesinato de un árabe. Por otro lado Los Asesinos muestra una cierta intención en cambiar el destino del amenazado,  quizás un intento más por compasión al avisarle a Oleg que lo están buscando para matarlo, pero la conclusión sigue siendo "no se puede hacer nada". Ambas muertes o reacciones en El Extranjero y Los Asesinos son inminentes en una y en otra irremediable, al curso de la historia o sucesos de la vida a los que tiene un curso que es casi sino inevitable.