miércoles, 12 de enero de 2022

Procesos personales de escritura

 Cada vez escribir me cuesta más aunque siempre tenga un diario, pero escribir literatura es diferente. El diario lo llevo para estructurar el pensamiento, recordar cosas, evaluar el día y planificar el día siguiente o las semanas que vengan. Pero escribir poesía, narrativa (poco), y artículos de opinión (entradas en este blog) me cuestan mucho, a veces días, semanas o incluso años. 

En el momento de creación llego a un punto en el que tengo que pararme y caminar, salir al patio o ver el cielo, no sé si sea bueno porque se para el "momento creativo" pero lo encuentro necesario. Escribir evoca emociones, recuerdos, imágenes y mentalmente debo de sentirme inmerso en ambientes no siempre placenteros. Es poner esas imágenes en palabras, con cierto ritmo y coherencia, pero la mayor dificultad es en el momento de hacer una unidad y ese proceso de corrección. Volver, incluso años después a leer esos textos que por omisión o falta de disciplina los dejé así, algunos con poca o nada de corrección, y volver al contexto en el que fueron escritos es complicado. Esto sucede porque uno madura (o debería) cambia de estilo, tiene diferentes vivencias o nuevas lecturas que hacen cambiar ciertas formas.

¿Qué tanto de lo viejo se mantiene y lo nuevo debe quedarse? Creo que la respuesta es automática e inconsciente, si se es honesto consigo mismo y no se quiere apantallar a nadie o no detectar subidas dramáticas de ego, algo que corroe, despista, cuando escribir no es eso, no es aparecer periódicamente en los recitales de los amigos o que te publique en alguna revista. Y con eso me quedo con lo que aprendí (al menos en este tema) en La Casa del Escritor: "El texto se defiende por sí mismo. La publicación es de las etapas del proceso de escritura, y no la más importante", eso entre otros valores necesario que han forjado mis procesos literarios, los valores son necesarios tanto fuera de la literatura como el la vida, aunque ya no se hable de ellos. En fin, la necesidad de saber dónde está parado uno y cuál es el objetivo de todo esto.