Por más que traten de justificar, interpretar "artículos secretos" y hacer una maraña de palabras la reelección presidencial es ilegal y es aprobada por una Sala de lo Constitucional impuesta también ilegalmente, pero parece que la gente tiene solamente memoria a corto plazo o memoria selectiva, o realmente no le importa que se atropellen las leyes con tal que continúe Bukele en el poder y por consiguiente el Régimen de Excepción se mantenga.
La actual Asamblea Legislativa ha configurado las reglas del juego al antojo del Ejecutivo y de paso con efectos que todavía no se observan pero con el tiempo y gradualmente se evidenciarán las consecuencias de una política municipal centralista, y la confusión con respecto a las jurisdicciones de los servicios, manejo de los recursos municipales, y si esto hará más eficientes a las alcaldías. Sin embargo, los dos objetivos son: que las municipalidades sean tentáculos del Ejecutivo y que el oficialismo no pierda territorio. Ante los cambios en las reglas de juego y la reducción en el número de diputados, la oposición ha tenido una reacción extrañamente tibia, probablemente atada a la popularidad de la medida que ha sido aceptada con la excusa de "ahorrar recursos".
Evitar cargos penales y blindar a los involucrados en los casos de corrupción tanto fuera como dentro de El Salvador puede ser razón suficiente para buscar un segundo término, además de la permanencia del poder, pero también estamos hablando del diseño de un país distinto contrario a los Acuerdos de Paz y derrumbar todo indicio o intento de democratizar la sociedad, para dar paso al autoritarismo, el centralismo, la matonería y la captura de los órganos del Estado.
En fin, ahora surge el dilema ético para la oposición, ¿Todavía vale la pena competir bajo las reglas desiguales e impuestas por el oficialismo? ¿Cuáles serían los objetivos si la oposición está dividida y no ha logrado cohesionar un grupo junto con la Sociedad Civil? La participación de la oposición valida la elección y a su vez las reglas que han criticado, pero también debe de resolver la pregunta sobre ¿Cómo mantener los niveles bajos en homicidios sin el control del aparato del Estado y bajo un verdadero Estado de Derecho? Sin duda una pregunta difícil, en lo personal no tengo la respuesta a esta pregunta, podría tener algunas ideas pero quienes deben de responderla son los candidatos de la oposición, en resolverla eficazmente y convincentemente dependerá si logran captar votos suficientes para asustar a Nuevas Ideas.
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