Desde Santiago de los Caballeros de León, Nicaragua

Estalladísimos, por diversas razones Luis Hernández y yo, estamos estallados en este momento. Luis, ahorita está descansando, ha dormido poco en estos días y o han dejado afuera de su habitación, tiene calentura y tos, tampoco está mal para que se la pase en cama pero es justo que descanse, nada que unas panadoles y descanso no puedan quitar.
En cambio a mí, el larguísimo viaje e incómodo ha dejado estragos en mi espalda y hoy me duele menos que ayer; el café, las pocas horas de sueño probablemente son las causas de que se me alteraran los nervios ayer, y despertó (creo que tengo) colitis nerviosa que también me ha hecho recordar que no tengo estómago de acero, así que tomo mis precauciones, luego de acá iré a hacer una llamada en "Llamadas Heladas" y después iré a comprar fruta. Y realmente me da pavor la comida que venden acá.

Ayer en la noche de inauguración, leímos junto con Luis pero fuimos casi los últimos, y ya no estaba la mayoría de gente y ya eran las once y media cuando leímos. Y yo si hubiera estado en el público hubiera hecho lo mismo. Nos presentaron como poetas de la Casa del Escritor, igual nos hubieran presentado como independientes y ya, después de haber escuchado a mas casi una veintena de poetas o los que sean (es que también habían cantautores y declamadores sí, de esos que gritan y tienen voz de locutor de radio Clásica) ni tampoco llamamos a la Señoria Musa del simposio a que pasara al frente, leímos dos poemas cortos como estaba estipulado de una manera sobria y correctísima, aunque me trabé un poco pero nada mal, hubo quien se extendió y leyó v tres o cuatro poemas, puaj! egos!

Ya profundizaré sobre el simposio, que desde luego ha sido una experiencia inexplicable para mi. Llevo tres días buscando el supermercado y no lo encuentro, y no quiero volver a entrar al mercado la comida es condimentada, y ahorita no ando de ánimos para decir "si puedo con las tortas chucas de la U. Nacional, bien puedo con cualquier cosa". Y no me considero y no haré eso.
Y hasta acá dejo el update de mi viaje a León, Nicaragua. Habrá mas y fotos cuando regrese a El Salvador, que ya extraño el Kentoqui Focking Children, Metro y tantas esas cosas cosmopolitas de la gran ciudad de San Salvador, ja ja ja, no aguanté la risa. Sí se extrañan. Saludos y por depronto no ha habido bacanal salvaje, me encanta esa frase.