lunes, 29 de abril de 2013

Siete años de Telúrica y Magnética

Siete años de ser bloguero, y de Telúrica y Magnética. El mes pasado fui después de más de tres años a la playa. La Pizza de camarones es de un restaurante que se llama Beto's sobre la carretera del Litoral,y después del Sunzal, la pizza muy decente tienen una variedad de platillos grande y un coctel de camarores que siempre está bien. El lugar es caro, pero tiene buena vista al mar y buen ambiente, excepto cuando se desmayan señores y se quedan en el suelo un buen rato, es feo comer cuando un tipo está en la otra mesa con algún ataque de azúcar, paro cardíaco, o cualquier cosa que haya tenido y no se pueda levantar.
El blog comenzó en pleno "boom" de los blogueros, en el 2006. Hoy, debido a muchas razones los blogs no son tan populares como antes, mientras tengamos necesidad de escribir cosas, y no en un cuaderno ni en 140 caracteres.

Sobre la muerte

No sé a qué edad la gente debería de morir, pero es igual la gente muere, tenemos que morir. De todos modos no vivimos como que si fuéramos a morir, eso lo olvidamos y vemos la muerte de otros  tan ajena, como algo que llegará algún día, muy lejano quizás.  ¿Cuánto es suficiente vivir? cuarenta, cincuenta, cien, dos minutos quizás y vida fue algo que "pudo ser"así sea para quien vivió cinco minutos o para el que llegó a cien, ¿Cuánto es suficiente? Así es la vida, alguien vive más que otro, alguien vive por otro, otra persona no se explica por qué vive, toma café en las mañanas, se va al trabajo y sigue la rutina todos los días. Ésa es la vida, no saber qué hacer con ella o estar planeando cosas para que algún día terminen, o solo se quedan en eso, sueños y planes.
Otra gente sigue viva porque se alimenta y aún tiene energías para respirar, aunque no pidieron vivir, (nadie pide vivir) siguen viviendo, no saben para qué y no tampoco lo preguntan, sólo viven, si es que viven, si es sólo nacer es el inicio de vivir. Solo viven, porque hay que vivir para no pensar en la muerte.
Hay gente que no debería morir nunca. Los viste vivir, compartiste cosas con ellos, de repente ya no están. Ya no están para hablar de cualquier cosa, de comentar la película o algún libro, o preguntarles sobre cosas del pasado, o cosas que nos tomará algún tiempo responderlas por sí mismos. Se van y uno queda lleno de más preguntas, entonces uno solo trata de acostumbrarse a la idea que ya no estarán más, de alguna manera se hace.
Pensamos en la muerte, y se nos viene a la mente la vida, lo que vivimos. ¿Por qué la vida no nos alc¿Por qué la memoria no nos alcanza para recordar la primera vez que lloramos? Sólo recordamos cosas vagas que en algún punto exageramos o pueden llegar a convertirse en mentira, la línea es delgada; como cada amor que se tuvo los pequeños y los grandes. Eso nos queda, sentirse impotente contra algo que es inevitable. Eso queda, además de los objetos que adornan lo que fue la (ya sin posesivos) sala, aunque puede ser la sala de otro, inmóviles como esperando que algún día aparezca el ausente para hacer juego con la mesa y los libros que nunca cambiaron de puesto.
**
El post lo escribí el año pasado, en unos días de insomnio al ver que ya no lo corregiré, mejor lo publico.




jueves, 11 de abril de 2013

Cambios

El día de mañana terminaré oficialmente mi etapa laboral en la empresa en la que estuve los últimos dos años, llegué en Enero 2011 pero me tomó hasta Abril entrar de manera "permanente". Pensé que sería fácil, entregar un papel al jefe decirle adiós a los compañeros y salir, pero si la decisión no fue fácil, salir tampoco lo será la salida, aunque el lunes pasado fue el pre-ambulo de mañana. Era algo cotidiano, ver la gente los mismos días, uno se acostumbra y comparte de alguna manera lo que significa trabajar en un call-center, de esa manera creo que hay solidaridad entre los compañeros cuando alguien sale, otro incluso dan las "felicidades" por dejar, por eso hay cierta carga emocional al compartir llamadas, casos, breaks y por supuesto las fiestas de aniversario o de fin de año. Desde la cafetería quienes ya estaban enteradas de mi dieta, apartar el almuerzo, hasta saber los trucos para que el detector de metales no suene por monedas, cinchos o llaves, eso era día tras día. Los peores días eran los domingos, porque la cafetería no vende en las mismas cantidades que en días de semana.
Entre otros cambios, me he afeitado después de dos meses y me corté el pelo, pronto me lo cortaré de nuevo tengo un mechón que pronto me aburriré de él. No sé si este sea mi último post sobre esa etapa laboral, pero era que quería postear.