sábado, 3 de mayo de 2014

Twister




Por azares del destino y esas cosas de la vida que no termino de entender, mi perro dálmata Twister dejó este mundo el 27 de abril, por la madrugada. Aunque no estuvo en mi casa en los últimos años, siempre saltaba de alegría cuando lo llegaba a visitar,   daba vueltas y buscaba sus juguetes para que jugáramos a pesar de su edad.

Twister desafió muchas veces la muerte desde que era un cachorro, que parecía que iba a salir victorioso de todas. Desde obstrucciones en el tracto digestivo, atropellos, varias operaciones, cálculos, "ataques de epilepsia", bronquitis, pulgas, etc.  tuvo de todo el pobre, pero a los pocos días después de sus quebrantos ya andaba corriendo buscando sus juguetes y la cuerda para que lo sacaran a pasear. Esta vez  fue de repente, tuvo hepatitis y no salió de ésta. 
Mi perro fue un guerrero, desde pequeño . Sus primeros años tuvimos que esconder zapatos y muchas cosas, porque las destruía, tuvimos vecinos que le tenían miedo porque le ladraba a quien pasara por el portón de la casa, tantas veces que lo arruinó un par de veces. La semana pasada tuvo bronquitis, entonces tuvo que administrásele antibióticos, pero ya no comía un día antes tuvo que ser ingresado, tenía hepatitis y no había presentado nunca síntomas, estaba tan aferrado a querer vivir.

Twister, fue mi  tercer perro. La primera fue Dunky (Quizás por las donas) una perra mezclada grande y blanca, era la perra de mi infancia, pero a decisión de mis padres la regalaron obviamente no la tuvimos mucho tiempo,  pero  tiempo después supe que estuvo en equipo anti narcóticos o con la policía de San Marcos, no sé cómo llegó ahí.
Luego allá por el 2003 llegó Rocky, un perro cocker ya adulto yo le quería poner Aldebarán por el caballero , pero era un perro algo sicópata que mordió casi a todos en la familia, tuvo un mal pasado el pobre perro así que lo tuvimos que regalar. Y por último llegó a finales de ése año Twister, un cachorro dálmata que estuvo conmigo hasta el 2011, luego estuvo donde mi hermano donde lo visitaba cuando podía. Fue un gran perro, fiel, inquieto, necio a veces pero de gran corazón, a mí me costó mucho ya que en una de sus operaciones tuve que estar pendiente de sus medicinas, la herida y otros cuidados. 
Mi sobrina de 5 años le preguntó a su mamá si los perro también iban al cielo, y ojalá que sí tuvieran un cielo y que fuera parecido como en este video homenaje a Laika, la perra cosmonauta.

Twister gracias por todo, ya estás junto con Laika, en las estrellas.


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