martes, 22 de octubre de 2024

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Es difícil imaginarse cómo se vería uno a tal edad. Uno se mira todos los días al espejo (al menos la mayoría) entonces, fuera de algunas canas y arrugas parece que todo ha estado como ha sido casi siempre. También con el tiempo, es fácil olvidar la tersura  y el brillo que uno alcanzó (o tuvo) hace décadas atrás. El paso del tiempo a veces es inclemente, lento pero lo suficientemente rápido para recordarnos lo frágiles que somos y que no estaremos por los siglos, y algunas cosas quedarán: los hijos y alguna obra publicada.

Veo de reojo el pasado, por ejemplo, hace unos días leí un poema de una serie que perdí en algún formateo de una computadora vieja, y que publiqué por suerte en este blog. El poema sigue funcionando a excepción de algunos pequeños detalles.

La familia y los amigos están allá, es lo que me interesa. Pero lo que toca es ver hacia el futuro con el optimismo necesario y aceptar lo que se avecina en un país que no deja de enseñarme. Y Escocia en particular, me ha enseñado mucho.

En fin, la tormenta de hace unos días terminó por acelerar lo que queda del otoño, por ratos hace buen clima en otoño, aunque muchos por acá se quejan de lo mucho que llueve o porque está nublado. Se viene el invierno, y será hora de comer chocolate.


viernes, 4 de octubre de 2024

Silencio

 Al platicar con algunos salvadoreños residentes en este país coinciden en que "lo mejor" es guardar silencio y tener cuidado al hablar incluso desde afuera, una de ellos me mencionó que un familiar en El Salvador temía que la línea estuviera intervenida, tal como se hacía en los años de la guerra civil  y se continuó haciendo en los gobiernos posteriores con las diferencias en los contextos y consecuencias. Algunos incluso comentan "solo hace falta caerle mal a alguien para que lo metan preso"; desde luego, dan crédito y gracias a Dios que la delincuencia ha disminuido, y como según les cuentan sus familiares, pueden entrar a la colonia sin que les pidan "los bichos". Tampoco creen que la delincuencia ha desparecido a los niveles que anuncia el gobierno, y dicen "todavía han de haber".

 Las amenazas a la libertad de expresión ser sutiles por aquello de las apariencias (caso contrario a Nicaragua, cada dictadura tiene su estilo), o a veces no tanto como el caso de Alejandro Muyshont y otros casos más recientes con desenlaces trágicos. Pero la cohersión implica despidos  hasta desalojos, aprehensiones, y será algo que se multiplican a medida que el bukelismo avanza en su objetivo de obtener  el control de la narrativa y el manejo de la opinión pública. En todo caso, el aparataje estatal cuenta con youtubers asalariados y troll centers (uno ubicado en CIFCO y otras sucursales) dispuestos de lanzar amenazas e insultar a cada cuenta que contradice la mentira oficial o simplemente emite una opinión diferente. Y de las amenazas a los hechos a veces hay poca distancia, es difícil saber quién está del otro lado o qué tan cerca puede estarlo.

    El argumento gubernamental menciona en El Salvador existe libertad de expresión porque no hay periodistas detenidos y porque "aún" no se ha lanzado una lata de gas lacrimógeno. Sin embargo, han habido casos de detenciones arbitrarias como la del escritor Bucio Borja durante las elecciones presidenciales,  el periodista comunitario Víctor Barahona quien estuvo 11 meses en prisión, entre muchas otras.  Además, el acceso a la libertad de prensa y acceso a la información se mira obstaculizado con Reservas de Acceso y negativas para obtener información que debería ser pública como contratos, asignaciones presupuestarias, salarios y manejo de fondos. La violación del derecho de expresión tiene diversas formas y matices, desde la implementación del Régimen de Excepción como método de control social hasta evitar de derecho a la protesta. 

Desde afuera nadie quiere poner en problemas a los que están allá, por otro lado el silencio es cómplice en un momento donde muchos prefieren callar o ignorar para sobrevivir, mantener un puesto de trabajo, o simplemente no tener problemas, mientras otros son capturados arbitrariamente y ocurren serios abusos a los Derechos Humanos. Y no es hasta que los problemas llegan a afectar el círculo cercano para hacer conciencia del enorme costo que es entregar los contrapesos políticos y socavar los principios democráticos. Quizás las palabras más sabias las dijo alguien que estaba por morir y bajo  asedio aéreo, a pesar de eso dio un discurso bastante digno y con voz serena:

El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.

Salvador Allende