sábado, 28 de junio de 2014

El regreso

El sábado pasado de alguna manera regresamos, sí, la gente de La Casa, mi gente, mi familia. Después de más de tres años de no sentarnos lo hicimos, claro con varias ausencias pero la vibra estaba,  y vaya que hacía falta. Hace unas semanas hablaba con Vladimir Amaya, y me daba otra perspectiva del impacto de la "ausencia" de La Casa como grupo, quizás sólo miraba las cosas de manera personal que no podía ver qué había provocado todo esto en "el medio".

Pues junto con el taller literario de la Fundación Claribel Alegría, gente  que fue parte de la Escuela de Jóvenes Talentos en Letras y otras personas interesadas en los talleres se hizo el convivio. Era una manera de contar la experiencia del Taller, que, aunque la mayor parte del tiempo fuimos nosotros contando el camino personal y colectivo en La Casa, aunque no hubo mucho tiempo para preguntas quizás algunas fueron respondidas en la medida de que explicamos el proceso.
Mario en tanto, fue más allá, lo digo pues también al recordar el poema de Dickinson que bien se aplica para el proceso. Tenía muchas ganas de ver a mis compañeros, espero vengan más, de alguna manera se están dando condiciones, y bueno hay cosas por hacer. 
Este es el poema de Emily Dickison, que casi había olvidado pero vale la pena recordarlo.
XCVII

WE never know how high we are
  Till we are called to rise;
And then, if we are true to plan,
  Our statures touch the skies.
  
The heroism we recite        5
  Would be a daily thing,
Did not ourselves the cubits warp
  For fear to be a king.

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