Hay ciclos que se cierran de manera abrupta si es que se cierran, muchas veces de las maneras que uno no desearía. Luego hay caminos que desea recorrer nuevamente, la nostalgia es cruel como un goteo incesante que no para, uno debe de entender que los viajes son como la vida, no se repiten. Al menos queda esa sensación, esa magia que tuvieron esos lugares en esos momentos simples pero quizás significativos, los recuerdos.
En enero pasado y febrero exigí mis vacaciones después de más de un año sin vacaciones, (si es que el viaje a Bulgaria de noviembre del 2016 cuenta), costó un poco pero el boleto lo compré en Octubre del 2017, son esas decisiones que uno debe de tomar rápido, aunque me costaron también algunos disgustos por ahí. Tuve que decidir entre el viaje y mi actual empleo, por supuesto escogí lo primero y con fortuna pude conservar (hasta la fecha) lo segundo. Así que fui por segunda vez a Estados Unidos, mejor dicho California que son cosas distintas.
La última vez que había estado en California estaba Bush como presidente de los Estados Unidos, pasé las fiestas de fin de año del 2006, que ya suena un buen tiempo. Ese viaje significó mucho para mí, por ser mi primer viaje en avión y en clase ejecutiva, hasta el choque que representa sumergirse en ese San Francisco, o más bien el área de la Bahía y Oregon. Recuerdo la última noche, prometí regresar, conocí gente que más de alguna me ha de recordar a pesar de perder contacto. No hubiera pensado que iba a tardar tanto en regresar, pero son cosas que uno tiene que hacer cuando puede, pero sin duda pensar en ese San Francisco lleno de niebla y luces era algo que quedó impregnado, una ciudad que me gustó mucho.
Escribiré (espero) otro post acerca del viaje, y de otras cosas que estoy haciendo, este es otro regreso a escribir por acá. Dejo abajo algunas fotos del viaje de Enero y Febrero de este año.
Escala en la CDMX como le dicen ahora.
Pacífica Pier
En San Rafael encontré un curioso pequeño museo que se llama Museum of International Propaganda, no comprendí muy bien el concepto pero tienen cosas impresionantes. Una verdadera sorpresa es encontrarse todo esto. En la foto de arriba, es el cuadro "Stalin es como el amanecer".
Tu trinchera... Un póster propagandístico en plena revolución cubana e inicios del bloque económico.
Pues un viaje a Los Ángeles no está completo si uno no visita Hogwarts, no soy muy fan de Harry Potter pero había que pasar por Universal Studios.
Por alguna razón busqué el parque Mac Arthur, y sí, tiene patitos todavía y de varias especies.
Pues encontré a Santiago, gran amigo y personaje, tuvimos una grata charla y una buena comida en Little Tokio en Los Ángeles, en un restaurante que tenía kebabs y falafel. Gracias a él pude conocer la Biblioteca Pública de LA, el MOCA y otros lugares del centro de la ciudad.