sábado, 18 de abril de 2020

El profesor Villarreal

Cuando ganó Tony Saca la presidencia en el 2004 mi profesor de Estudios Sociales, Miguel Villarreal alias "Shinola", antes de comenzar la clase se tomó unos  minutos para dar un discurso a partir de las resultados electorales. El ambiente estaba tenso y así nos sentíamos, excepto por una minoría que apoyaba a ARENA y habían crecido en una familia afín al partido. En algunos años se organizaban debates donde eran pocos los que tenían una posición "neutra", se ponían interesantes tanto hasta el muchacho introvertido que era participaba.

En el discurso del profesor mencionó una frase que muchos repitieron "lo que se cosecha se siembra", dio un análisis mesurado y esperanzador acerca de los años venideros  pero crítico a pesar de los resultados, ese discurso me reconfortó mucho ya que como muchos queríamos cambios al rumbo del país que no eran posibles estando ARENA en el poder. Claro, era un discurso bastante ecuánime pero certero, a pesar que el colegio era evangélico, existía cierta libertad de expresión en ciertas áreas, tanto que algunos ondeaban banderas de partidos políticos en pleno recreo.

El profesor se definía como un ex anarquista que, a pesar de convertirse al cristianismo era un buen fan del rock progresivo, le gustaban bandas como Jethro Tull, Pink Floyd, Dream Teather,  músicos como Joe Satriani, además  tenía buenos conocimientos en filosofía y cultura general, incluso recuerdo que estaba leyendo poemas de Antonio Machado.  Muchas veces me quedaba después de clase para poder hablar de filosofía o de la coyuntura política con él, y junto con otro amigo, Alberto Quiñonez, con quién en ese momento teníamos algunas posiciones políticas en común.

Hay clases de las que no recuerdo muy bien o algunos contenidos, pero sin duda trató de impregnar un sentimiento de cultura democrática en sus alumnos, el pensamiento crítico e incluso la consciencia social. Nos explicó claramente que ninguno de los tres poderes del Estado está por encima  del otro, tampoco inmiscuirse en el trabajo y las decisiones que estos poderes tomen, así también hacía referencia al "espíritu" de los Acuerdos de Paz, es decir, el diálogo como mecanismo de resolución de conflictos, así como la subordinación de la Fuerza Armada a la Sociedad Civil.

A pesar de mis intentos por tratar de establecer contacto, al correr de los años supe que ya no estaba trabajando en el Colegio Bautista de San Salvador, era comprensible, maestros así son incómodos ante direcciones institucionales conservadoras como la de los colegios evangélicos. También escuché el rumor de su fallecimiento, lo cual me da mucho pesar que alguien como él ya no esté en este plano y porque en aquellos años estaba terminando su licenciatura en Enseñanza en Ciencias Sociales en la Universidad Pedagógica. Para los que fuimos sus alumnos, pienso el deber no solo es recordarlo sino aplicar (hoy más que nunca) los valores democráticos, las ideas de filosofía, y traer al contexto actual el análisis de los hechos históricos como los Acuerdos de Paz.

lunes, 13 de abril de 2020

La necesidad de la ciencia y la política

El problema de la situación que ha traído la pandemia radica en que las decisiones están siendo tomadas por políticos en  quienes pesan los poderes fácticos que controlan sus decisiones, y no en la recomendaciones dadas por expertos en el tema, al menos en el país no se ha creado una mesa técnica que abarque profesionales en el área de la salud. Otro problema que surge es que los profesionales en las instituciones públicas estarán supeditados al poder que manejan los mismos políticos, cuyas opiniones estarán sesgadas al pertenecer al mismo gobierno o al partido gobernante, es por esto que las decisiones que toman los líderes políticos (o el líder en el caso salvadoreño) irán enfocadas a mantener alto los índices de popularidad con el objetivo de mantener el poder político en las instituciones del Estado, en otras palabras, las decisiones llevan fines electorales y no son basadas en la necesidades, la ciencia y el estricto apego al orden constitucional.

El científico está apegado al Método Científico, y el político en muchas ocasiones no entiende de procesos y métodos, entenderá  de beneficios en términos electorales y en cuestión de imagen, sobre todo en el caso salvadoreño en que tres de los últimos cuatro presidentes surgido de áreas afines a la comunicación. Aquí es donde surge el problema de la formación de cuadros políticos y la comprensión de la política como ciencia, es decir, muchos de los conflictos y decisiones erróneas en altos cargos surgen por la nula comprensión de conceptos elementales de la vida política tales como democracia directa o participativa, la independencia de los poderes del Estado, el respeto a los Derechos Humanos, y la importancia del diálogo como manera de alcanzar acuerdos y dicho sea de paso es parte del espíritu que se heredó después de los Acuerdos de Paz en 1992.

Ojalá las circunstancias cambien para dar paso a la ciencia, al menos que nos haga mirar la importancia en la educación desde primaria hasta apoyo al desarrollo científico tecnológico en las universidades por medio de la creación de fondos o mayor presupuesto a la innovación local, claro, no es solo tarea del Estado sino también de las instituciones privadas.

domingo, 12 de abril de 2020

El Ministerio de la Verdad

En la obra de George Orwell, 1984, uno de los cuatro ministerios del gobierno utópico de Oceanía es el Ministerio de la Verdad, que es donde trabaja el protagonista Winston Smith. Este ministerio  se encarga de alterar la información de las noticias y documentos divulgados a modo que vaya acorde a las predicciones, discursos y lineamientos del gobierno.

George Orwell escribió 1984 como una advertencia para occidente de lo ocurría en la Unión Soviética en el periodo de Stalin, donde  está demás  contar acerca de la manipulación de la historia, la enseñanza y la eliminación de personajes antagónicos al régimen estalinista. Así también, en El Salvador particularmente la izquierda ha creado su versión de la historia con relación al conflicto armado, un buen ejemplo es el silencio que causa el tema de Salvador Cayetano Carpio, miembro fundador de las FPL y del FMLN, un tema que sigue incomodando a más de alguno y que ha dejado más preguntas que respuestas.

En los últimos días el gobierno de Bukele ha intensificado sus ataques al pensamiento crítico ("la resistencia" dentro del mundo orweliano de 1984) incluso haciendo uso del aparato del Estado al señalar a usuarios de Twiter como parte de un "Troll center" (controlado desde Nicaragua supuestamente por el expresidente Funes), esto surge debido a la duda acerca de la ausencia de la primera dama y los supuestos vuelos privados del presidente hacia Miami durante la emergencia, esto surge después de que la Sala de lo  Constitucional ha prohibido las capturas de ciudadanos por incumplir cuarentena que hasta el momento van más de 4 mil, además del pronunciamiento de Human Right Watch sobre el desacato del presidente a la Sala.

La emergencia del Coronavirus ha sido el detonante y la justificación para la supresión de libertades, una de ellas la de expresión, bajo el chantaje emocional de la "protección de la población" y "quienes me critiquen están a favor del virus" argumentos que me recuerdan al famoso" O estás con nosotros o estás con los terroristas" que pronunció George W. Bush luego de los ataques del 9/11, con resultados terribles para la humanidad.

miércoles, 8 de abril de 2020

Lapiceros

Encontrar un lapicero con el que uno se sienta cómodo es complicado, algunos no tienen la soltura que uno necesita, el grosor de la línea a veces es muy ancho o delgado, o las plumas son muy caras que son perfectas para escribir. Pero desde hace unos años encontré unos lapiceros de gel en el Dollar City que me quedan casi perfectos, fallan poco, son baratos, son ligeros, la tinta negra es firme y permiten sobre todo una escritura rápida que es lo que busco.

Cuando se decretó la cuarentena obligatoria tenía en mente otras cosas, que se me escapó pasar comprando lapiceros para continuar con mi diario, en el que prefiero usar ese tipo de lapicero. En la búsqueda he encontrado uno, que está a menos de la mitad lo que ha hecho que mis apuntes en el diario sean más cortos. Esto me hace racionalizarlo para evitar usar otro tipo de lapicero.

Claro, esto puede verse como algo tan trivial en medio de todo esto, pero escribir es algo necesario en estos momentos y nada mejor que escribir con lapiceros cómodos y que permitan escribir rápidamente. Pero salir a comprar lapiceros no suena a buen motivo ni excusa en caso que la policía me detenga, no vale arriesgarse por un paquete de lapiceros, un policía no lo entendería.