Cuando ganó Tony Saca la presidencia en el 2004 mi profesor de Estudios Sociales, Miguel Villarreal alias "Shinola", antes de comenzar la clase se tomó unos minutos para dar un discurso a partir de las resultados electorales. El ambiente estaba tenso y así nos sentíamos, excepto por una minoría que apoyaba a ARENA y habían crecido en una familia afín al partido. En algunos años se organizaban debates donde eran pocos los que tenían una posición "neutra", se ponían interesantes tanto hasta el muchacho introvertido que era participaba.
En el discurso del profesor mencionó una frase que muchos repitieron "lo que se cosecha se siembra", dio un análisis mesurado y esperanzador acerca de los años venideros pero crítico a pesar de los resultados, ese discurso me reconfortó mucho ya que como muchos queríamos cambios al rumbo del país que no eran posibles estando ARENA en el poder. Claro, era un discurso bastante ecuánime pero certero, a pesar que el colegio era evangélico, existía cierta libertad de expresión en ciertas áreas, tanto que algunos ondeaban banderas de partidos políticos en pleno recreo.
El profesor se definía como un ex anarquista que, a pesar de convertirse al cristianismo era un buen fan del rock progresivo, le gustaban bandas como Jethro Tull, Pink Floyd, Dream Teather, músicos como Joe Satriani, además tenía buenos conocimientos en filosofía y cultura general, incluso recuerdo que estaba leyendo poemas de Antonio Machado. Muchas veces me quedaba después de clase para poder hablar de filosofía o de la coyuntura política con él, y junto con otro amigo, Alberto Quiñonez, con quién en ese momento teníamos algunas posiciones políticas en común.
Hay clases de las que no recuerdo muy bien o algunos contenidos, pero sin duda trató de impregnar un sentimiento de cultura democrática en sus alumnos, el pensamiento crítico e incluso la consciencia social. Nos explicó claramente que ninguno de los tres poderes del Estado está por encima del otro, tampoco inmiscuirse en el trabajo y las decisiones que estos poderes tomen, así también hacía referencia al "espíritu" de los Acuerdos de Paz, es decir, el diálogo como mecanismo de resolución de conflictos, así como la subordinación de la Fuerza Armada a la Sociedad Civil.
A pesar de mis intentos por tratar de establecer contacto, al correr de los años supe que ya no estaba trabajando en el Colegio Bautista de San Salvador, era comprensible, maestros así son incómodos ante direcciones institucionales conservadoras como la de los colegios evangélicos. También escuché el rumor de su fallecimiento, lo cual me da mucho pesar que alguien como él ya no esté en este plano y porque en aquellos años estaba terminando su licenciatura en Enseñanza en Ciencias Sociales en la Universidad Pedagógica. Para los que fuimos sus alumnos, pienso el deber no solo es recordarlo sino aplicar (hoy más que nunca) los valores democráticos, las ideas de filosofía, y traer al contexto actual el análisis de los hechos históricos como los Acuerdos de Paz.